Cazas
Los aviones de caza -también conocidos como interceptores-
estaban diseñados para luchar en el aire contra otros aviones. Estas máquinas
representaban el epítome de la lírica asociada a los combates aéreos. Capaces
de volar a una tremenda velocidad y de soportar las grandes aceleraciones
requeridas por el combate evolucionante, se usaban en misiones cuyo objetivo
principal era el enfrentamiento contra otras unidades aéreas.
Salvo raras excepciones -como los aviones de caza nocturna-, los
cazas de la Segunda Guerra Mundial eran de un sólo tripulante, e iban equipados
con un número variable de ametralladoras de gran calibre que disparaban en la
dirección de avance. Así, el único tripulante podía accionar las armas a la vez
que pilotaba, lo que era un avance importante al reducir la necesidad de un
artillero, aun introduciendo la necesidad de apuntar el avión entero hacia el
objetivo.
Los cazas podían despegar en misiones de caza o intercepción, en
las que se les lanzaba contra unidades enemigas previamente detectadas; de
patrulla, en las que vigilaban una zona asignada para detectar formaciones de
aviones enemigos intentando pasar; y de escolta, en las que volaban junto a
formaciones de bombarderos para prevenir que cazas enemigos en misiones de caza
o intercepción tuvieran oportunidad de derribarlos.
Los aviones más famosos de la Segunda Guerra Mundial solían ser
cazas diurnos. No existían dispositivos de visión nocturna y, por lo tanto, no
podían volar de noche. Sin embargo, por la noche la guerra no se detenía.
Formaciones de bombarderos, más fáciles de volar y que contaban con un
navegante capaz de orientarse por la posición de las estrellas, aprovechaban la
cobertura de la noche para bombardear impunemente objetivos enemigos. Para la
intercepción de este tipo de ataques se crearon, ya avanzada la guerra, los
aviones de caza nocturna.
Estos aviones eran por lo general modelos de cazas anticuados
que no podían sostener un combate cara a cara con aviones más modernos, o bien
bombarderos ligeros adaptados. Durante la guerra se fabricaron cazas nocturnos
especialmente diseñados para esta función. La diferencia principal es que estos
cazas debían admitir, al menos, dos tripulantes: el piloto y el operador de
radar, además del voluminoso equipo de radar de la época. Esto convertía a los
cazas nocturnos en lentos y poco maniobrables comparados con los cazas diurnos.
Durante el día hubiesen sido presa fácil de cualquier otro avión. En la
oscuridad, eran los reyes de la noche.
Bombarderos
Los bombarderos eran aviones cuyo objetivo principal era el
ataque a tierra con bombas, de ahí su nombre. Su diseño era prácticamente
opuesto al de los cazas, ya que debían estar diseñados para ser muy
resistentes, tremendamente estables, tener una gran autonomía y cargar una
cantidad significativa de peso.
Al tener que cargar con gran cantidad de peso, tanto en bombas como
en combustible, no podían desarrollar una gran velocidad
Los bombarderos se diferenciaban entre sí por la técnica usada
para dejar caer las bombas.
Bombardero en
picado: Los
bombarderos más ligeros. Con una autonomía similar a la de un caza y una carga
de bombas relativamente pequeña, estaban muy limitados en cuanto al daño que
podían causar a un objetivo. A cambio eran mortalmente precisos. Se los usaba
como cazacarros, antibuques y de apoyo a operaciones terrestres.
Bombardero
horizontal: Se dividían en
bombarderos medios y pesados. La diferencia radicaba en su tamaño. Los
bombarderos medios eran por lo general bimotores, y los bombarderos pesados
eran enormes cuatrimotores. Su técnica
de bombardeo, conocida como “bombardeo por saturación”, se limitaba a
sobrevolar al objetivo a gran altitud-por encima de los 10.000 pies-,[1] y soltar las bombas aproximadamente sobre el objetivo. El
lugar de caída de las bombas debía calcularse a ojo, con lo que sólo podían
aspirar a destruir su objetivo si las formaciones de bombarderos eran grandes,
y se dejaban caer las bombas en un área relativamente extensa. De todas formas,
gracias a la velocidad de investigación en material bélico durante la guerra,
pronto se desarrollaron miras de bombardeo que ofrecían una elevada precisión.
Pese a todos los avances, los bombardeos horizontales nunca
llegaron a ser efectivos contra pequeños objetivos en movimiento, como pueden
ser tanques o posiciones artilleras, por lo que los bombarderos ligeros no
perdieron su utilidad a lo largo de la guerra.
De hecho, los bombarderos ligeros o medios, mucho más versátiles
que los pesados, terminaron llevando a cabo una gran cantidad de tareas
diferentes.