viernes, 29 de marzo de 2013

Tipos de aviones de guerra






   Cazas
Los aviones de caza -también conocidos como interceptores- estaban diseñados para luchar en el aire contra otros aviones. Estas máquinas representaban el epítome de la lírica asociada a los combates aéreos. Capaces de volar a una tremenda velocidad y de soportar las grandes aceleraciones requeridas por el combate evolucionante, se usaban en misiones cuyo objetivo principal era el enfrentamiento contra otras unidades aéreas.

Salvo raras excepciones -como los aviones de caza nocturna-, los cazas de la Segunda Guerra Mundial eran de un sólo tripulante, e iban equipados con un número variable de ametralladoras de gran calibre que disparaban en la dirección de avance. Así, el único tripulante podía accionar las armas a la vez que pilotaba, lo que era un avance importante al reducir la necesidad de un artillero, aun introduciendo la necesidad de apuntar el avión entero hacia el objetivo.
Los cazas podían despegar en misiones de caza o intercepción, en las que se les lanzaba contra unidades enemigas previamente detectadas; de patrulla, en las que vigilaban una zona asignada para detectar formaciones de aviones enemigos intentando pasar; y de escolta, en las que volaban junto a formaciones de bombarderos para prevenir que cazas enemigos en misiones de caza o intercepción tuvieran oportunidad de derribarlos.
Los aviones más famosos de la Segunda Guerra Mundial solían ser cazas diurnos. No existían dispositivos de visión nocturna y, por lo tanto, no podían volar de noche. Sin embargo, por la noche la guerra no se detenía. Formaciones de bombarderos, más fáciles de volar y que contaban con un navegante capaz de orientarse por la posición de las estrellas, aprovechaban la cobertura de la noche para bombardear impunemente objetivos enemigos. Para la intercepción de este tipo de ataques se crearon, ya avanzada la guerra, los aviones de caza nocturna.
Estos aviones eran por lo general modelos de cazas anticuados que no podían sostener un combate cara a cara con aviones más modernos, o bien bombarderos ligeros adaptados. Durante la guerra se fabricaron cazas nocturnos especialmente diseñados para esta función. La diferencia principal es que estos cazas debían admitir, al menos, dos tripulantes: el piloto y el operador de radar, además del voluminoso equipo de radar de la época. Esto convertía a los cazas nocturnos en lentos y poco maniobrables comparados con los cazas diurnos. Durante el día hubiesen sido presa fácil de cualquier otro avión. En la oscuridad, eran los reyes de la noche.







Bombarderos

Los bombarderos eran aviones cuyo objetivo principal era el ataque a tierra con bombas, de ahí su nombre. Su diseño era prácticamente opuesto al de los cazas, ya que debían estar diseñados para ser muy resistentes, tremendamente estables, tener una gran autonomía y cargar una cantidad significativa de peso.

Al tener que cargar con gran cantidad de peso, tanto en bombas como en combustible, no podían desarrollar una gran velocidad
Los bombarderos se diferenciaban entre sí por la técnica usada para dejar caer las bombas.
Bombardero en picado: Los bombarderos más ligeros. Con una autonomía similar a la de un caza y una carga de bombas relativamente pequeña, estaban muy limitados en cuanto al daño que podían causar a un objetivo. A cambio eran mortalmente precisos. Se los usaba como cazacarros, antibuques y de apoyo a operaciones terrestres.
Bombardero horizontal: Se dividían en bombarderos medios y pesados. La diferencia radicaba en su tamaño. Los bombarderos medios eran por lo general bimotores, y los bombarderos pesados eran enormes cuatrimotores.  Su técnica de bombardeo, conocida como “bombardeo por saturación”, se limitaba a sobrevolar al objetivo a gran altitud-por encima de los 10.000 pies-,[1] y soltar las bombas aproximadamente sobre el objetivo. El lugar de caída de las bombas debía calcularse a ojo, con lo que sólo podían aspirar a destruir su objetivo si las formaciones de bombarderos eran grandes, y se dejaban caer las bombas en un área relativamente extensa. De todas formas, gracias a la velocidad de investigación en material bélico durante la guerra, pronto se desarrollaron miras de bombardeo que ofrecían una elevada precisión.
Pese a todos los avances, los bombardeos horizontales nunca llegaron a ser efectivos contra pequeños objetivos en movimiento, como pueden ser tanques o posiciones artilleras, por lo que los bombarderos ligeros no perdieron su utilidad a lo largo de la guerra.
De hecho, los bombarderos ligeros o medios, mucho más versátiles que los pesados, terminaron llevando a cabo una gran cantidad de tareas diferentes.





                   

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